Yin y yang publicitario
En publicidad, partiendo de la misma idea se puede llegar a un resultado excelente o al mayor de los despropósitos. Y no siempre depende del gusto, sino simplemente del sentido común. Pongamos como ejemplo dos gráficas en las que se anuncian clases de karate para niños. Ambas parten del mismo planteamiento: comunicar el "beneficio" mostrando como interactúan los niños con sus juguetes.
Esta gráfica, obra de Leo Burnett Dubai, más que generar empatía despierta un sentimiento de rechazo. Parece que el mensaje sea que el karate hace tan violentos a los niños que hasta los juguetes tienen que esconderse de ellos. Además, al utilizar una muñeca la respuesta emocional generada se vuelve negativa ya que, subconscientemente, la identificamos como víctima de abusos y malos tratos. En definitiva, dudo que la motivación de los padres para llevar a sus hijos a clases de karate sea convertirlos en pequeños matones.
Por otra parte, esta gráfica para Seibukan consigue despertar una sonrisa en el receptor del mensaje. Invita a imaginar al niño probando sus nuevas habilidades y presenta el resultado de forma simpática al utilizar un recurso más cercano a la destreza que a la violencia.
Etiquetas: campañas, creatividad, publicidad
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